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Vimos los episodios 1 y 2 de Obi-Wan Kenobi: ya no hay esperanza...

Al "forzar" multiplicar los proyectos de Star Wars -series, series derivadas, nueva trilogía, nuevas temporadas, animación, etc.- la saturación era más o menos inevitable a más o menos largo plazo. Bim, allá vamos.

El problema es que esta saturación se da en Obi-Wan Kenobi, el proyecto “más sexy” de todo el programa actual de Star Wars (ver calendario Star Wars 2022/2023). Aquí, ni siquiera el poder nostálgico del personaje, las conexiones directas con la primera trilogía, o incluso el regreso de Ewan McGregor en el papel del maestro Jedi y el de Hayden Christensen en la armadura de Vader, no son suficientes para ocultar el vacío. .sideral de la ambición artística del proyecto.

¡Demasiado limpio Obi-Wan Kenobi!

Comenzamos con el escenario -acordado por ser predecible- que se contenta con reciclar lo ya visto y reseñado en series y películas anteriores. La acción tiene lugar diez años después del trágico final de Star Wars: La venganza de los Sith. Obi-Wan había sufrido su mayor derrota allí y fue testigo de la caída de su mejor amigo, el aprendiz de Jedi Anakin Skywalker, quien se había unido al Lado Oscuro al convertirse en el Lord Sith Darth Vader. Estuvo escondido hasta aquí, pero su pasado lo alcanza…

Nada nuevo bajo la arena de Tataouine. Los nuevos personajes son tan carismáticos como los parquímetros, como la puesta en escena de StageCraft (el estudio cubierto con pantallas LED) a base de áreas planas sin alma y decoraciones sin vida en imágenes generadas por computadora. Incluso el vestuario, limpio e impecablemente planchado, al igual que los personajes perfectamente peinados y maquillados, dan la impresión de salir de una fiesta de Chopard más que de evolucionar en un planeta desértico.

¡Acción suave!

Luego vienen las escenas de acción, también deprimentemente banales. La más espantosa es la persecución en un bosque de la joven Leia, de 7 años en el momento de los hechos, por parte de tres colosos que se esmeran en no alcanzarla. Desgarrador.

En cuanto a los efectos especiales, son como la mano de plástico falsa que cae fláccida al ser cortada por un golpe de sable de luz: fracasos.

En definitiva, nada funciona en esta enésima explotación de la franquicia, rectilínea y sin intereses. Nada excepto el cajero automático de Disney. Para la máquina de los sueños, volveremos, o no... En algún momento, Kenobi dijo: “El tiempo de los Jedi se acabó, se acabó. Tenemos que seguir adelante." Eso es lo único sabio que queremos recordar de estos dos primeros episodios disponibles en la plataforma Disney+.

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